La furia interior, el odio no entendido.
Hay palabras filosas, hay quienes escriben un golpe donde debería existir otras letras.
Palabras que duelen o que dañan que no se pueden contener.
Entre el silencio y el grito no aparece el vínculo perdido con el ser querido.
Boca de dragón que quema al ser amado, boca inconsciente que debe sanar su ira. Boca golosa que Ldevora la vida de los otros y las amolda a su ser.
Luego el silencio, entre el fuego y el fuego, el silencio. Silencio agresivo. Un vacío entre sujetos que solo reaviva la furia, ¿furia de que? ¿De vos? ¿Del yo? ¿De lo que el yo no puede hacer o no puede ser? .
¿Por qué no se dice? ¿Por qué cuando llegan las palabras dicen con dolor?
La boca expulsa la bronca luego la nada, el temor a escuchar diferencias invaden el ser, hay que borrar lo que no es de uno, hay que tapar el miedo a lo distinto. Todas las imágenes deben ser perfectas y todas ellas deben hablar de la mismas forma, cada letra cada espacio coincidirá con la boca de dragón. No hay perdón para el dragón, no hay excusas para los que escuchan su vos...
Pensaba: A pesar de su extinción todavía existen varios dragones dando vuelta por ahí. Son esos sujetos que denuncian todo en nombre de la verdad y de la razón.
De palabra firme pero hiriente dejan mudo a los que los acompañan en la vida.
En muchos hogares viven los dragones y las dragonas, en muchos hogares reina el silencio, no se habla para no dañar, paradojas ya que el silencio muchas veces es el mayor de los males....