Para pensar-se
En este caso pensaba que un tema tan delicado como el de la escuela secundaria y el consumo de drogas permiten más pregunta que afirmaciones.
Desde ya que no hay pregunta sin intencionalidad, pero esto no deja de lado el hecho que sigue siendo una pregunta, donde la opinión del otro es tan válida como la mía, o como la de cualquiera.
Entonces me pregunto:
¿Un alumno drogado debe ser admitido en el aula?
¿Un docente está capacitado para intervenir en la psicopatología de un gran consumidor o un adicto?
¿Desde qué lugar puede intervenir la escuela?
¿Es posible, intervenir sin el apoyo familiar?
¿Qué es una escuela?
Y algo más importante
¿Qué no es una escuela?
¿Qué respaldo jurídico, institucional y psicológico tiene un docente para intervenir con jóvenes prontuariados y adictos?
¿Hasta dónde se puede hacer el distraído un docente ante un adicto?
¿Qué grado de compromiso tiene usted como ciudadano en este tema?
¿Qué hizo últimamente?
¿Contener a toda costa a chicos con serios problemas de límite y violencia, no es una forma de discriminar y castigar a otros alumnos de su mismo grupo que tienen otras posibilidades para educarse y se ven perjudicado por el síntoma de un compañero?
Simplificar y emitor juicios de valor si adentrarse en la problematica profundamente..
¿no será facilista e irresponsable?