El cuerpo que habitamos
Una vez escuche por la TV “hay que enamorarse de nuestro cuerpo”, frase loca y despiadada que hizo volar todas mis fantasías.
Poco a poco pensé en el pobre Narciso que fascinado por su imagen se ahogó en el lago, pleno de egoísmo y locura. Luego vino a mi mente la hermosa figura de la modelo TOP esa rubia con problema de riñones.
Más tarde recordé a Leonardo trabajando en Mitre y Cochabamba ahora le dicen la leona, en la escuela confesaba que dios se había equivocado con él dejándolo atrapado en ese corpulento cuerpo de hombre.
Imágenes tras imágenes vuelan en mí. Recuerdo a la gorda Susana internada de urgencia en el centenario, la llevo el viejo verdulero gay don Juan acompañado del fiel Manuel amante y compañero de toda la vida. Susana se atragantó con un salamin, y como pesa 200 kilos solo los muchachos con la chata podían llevarla para salvarle la vida.
Susana no lo logró su cuerpo le dijo basta, era demasiado, demasiado exceso, demasiados salamines.
Luego en mi mente vi a Arturo era el filosofo del barrio escribía cuentos y ensayos para la universidad de México, un día me llamó y me dijo “pibe te saludo por última ves” ¿por qué Don Arturo? es que tengo halseirmer y mi ser se va a ir mucho antes que mi cuerpo.
¡ Por eso este que soy yo se despide de ti! Alberto ya no está, pero su cuerpo baila desnudo desarticulado en el psiquiátrico de calle Pelegrini.
Volvían las imágenes de la infancia, el pelado de la granja, el enano del circo, Mauro el futbolista ciego, líder de los murciélagos, Mirta la flaca que dejó al novio cuando empezó a usar lentes.
La farmacia de barrio donde Chaco compra el viagra para una noche de amor con su señora. La misma farmacia donde la hija de Cacho compra sus anticonceptivos para disfrutar con su novio el rengo. La misma farmacia donde la mujer de cacho compra el remedio de la presión, es que si va hacer el amor la presión sube.
Mira vos y la TV dice “hay que enamorarse de nuestro cuerpo”
¿Como se hace? ¡Si todos somos insatisfechos de nuestro cuerpo y de cuerpo del otro!
Sinceramente yo apenas soporto el mío y solo lo aguanto por el placer que me causa hacer el amor con él.
Entre fallas y calces imperfectos habitamos un cuerpo que muestra su erotismo de en cada escena de la vida cotidiana.
Cuerpo con historia, cuerpo hecho de palabras. Una forma que ya no es carne y hueso, un territorio recubierto de una energía erótica que nos permite enamorarnos y enfermarnos con la misma pasión.
Un cuerpo con cavidades que se manifiesta e interactúan, con protuberancia que prometen falsamente completar plenamente las ausencias. Un cuerpo de hombre que preocupado por el tamaño de su pene, olvida que el amor requiere de cuerpos y palabras. Porque sin fantasía todo es silencio y flacidez. Un cuerpo de mujer mostrando sus pechos nutricios cargados de leche materna y llenos de fantasías pasionales.
Un cuerpo con una boca, encargada de devorar, besar y hablar y no parar de hablar. Porque a es sabido que el silencio extremo no es salud y si la boca no habla la existencia desaparece